Discípulo de Machado

Redoble militar

y un melancólico piano.


Continúa el camino hacia delante,

con una sonrisa,

y unas gafas de sol.

Nunca dejes que te miren los ojos.


Siempre despegarse de cosas

es difícil.

Nos enseñaron a ser avaros,

codiciosos,

a poseer

más, más, más y más.


Pero en el camino hecho al andar,

al igual que en cualquier otro,

es bueno llevar siempre lo que importa.

Lo justo y lo necesario.

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