Un cuento para Reyes: "Juan y el Genio"
Juan y el Genio.
Juan era un chico demasiado normal. Siempre se reía para sí
mismo al comparar sus características biométricas con la medias de la nación.
Si es verdad que no era uno de esos datos que se salían del comportamiento
lineal entre dos variables logarítmicas a no ser por una cosa: leía mucho.
El conjunto de conocimientos que había adquirido a los 16
años generaba tanto admiración como recelo entre sus profesores y amigos (pero
cuando hablaba de fútbol, se volvía el centro de interés de la clase). Hasta
hacía coger respeto a la mismísima Wikipedia, web a la que poco tenía que
envidiar (y que había ayudado mucho a Juan a ser el ilustrado en el que se había convertido).
Un día, Juan iba caminando tranquilamente por el monte. A él
le gustaba dar ese tipo de paseos para desconectarse de un mundo que estaba demasiado conectado. De repente y sin
saber cómo, Juan se hallaba de bruces en el suelo. Se había tropezado con una
lámpara y su tobillo derecho le dolía una barbaridad.
Unas chispas empezaron a formarse cerca del candil… Un fuerte
viento soplaba y en un fogonazo… ¡BUM! Apareció en frente de Juan un señor
salido de un bazar árabe cualquiera.
-Hola niño, soy el Genio de esta lámpara…, todo aquel que me despierta…
- ¡Ay Dios!, ya estoy alucinando, voy a ir rápido a casa…
- ¡NO ESTÁS ALUCINANDO NIÑO!, ¡SOY EL GRAN GENIO DE LA LÁMPARA! -dijo con el orgullo demasiado herido el genio.
-Ni por casa, directo a urgencias…
El genio malhumorado lanzó un rayo que estremeció a todo el bosque, fulminando un pino que se encontraba a su derecha.
- ¿Ahora sigues creyendo que es una alucinación?
Los ojos se le abrieron a Juan de tal modo que le fue imposible ocultar su emoción ante tal encuentro.
- ¡SÍ, TÓMALO! -gritó eufórico- ¿Y dime genio, qué tipo de genio eres, uno de la cultura preislámica, una versión católica, sunní, …?
-Para hacértelo más fácil hijo mío, considérame muy similar al de la película de Aladín.
Juan se empezó a acariciar la barbilla con su mano.
-No se equivocaba lo que leí, la verdad es que sois seres muy embaucadores. Os adaptáis bien a la situación actual…
- ¡CÓMO HAS DICHO! – cogió de nuevo y fulminó otro árbol.
- Afloja genio que ya bastante nos estamos cargando el planeta para que tú vengas a joderlo más…
El genio sabía que el chaval tenía razón y consiguió controlar su temperamento.
- Como bien sabrás joven, soy un ser divino que tiene como misión principal el servir a todo aquel que frota mi lámpara, así que a partir de hoy eres mi amo…
- Definitivamente, eres un gran embaucador…
- ¡NIÑO MIERDA TÚ VAS A SEGUIR!
- Controla ese genio…
En ese instante casi explota de ira el nuevo amigo que había hecho Juan. Similar escena se puede hallar en Dragon Ball Z cuando Goku se transformaba en Super Saiyan. Respiró muy pero que muy profundamente y prosiguió con su discurso.
-Bueno, en resumen, te concederé los tres deseos que me pidas. Te daré todas las riquezas del mundo…
-Lo siento genio, ya para eso están los Brokers …
- ¿Qué son esos brokers de los que tú me hablas?
-Pues gente que al igual que tú me promete que voy a ser multimillonario sin mover palo al agua y en un tiempo récord y, cómo no, sin garantía alguna.
- Pero lo mío es de verdad…
- Ellos también dicen lo mismo…
El genio cabizbajo, intenta comprar a Juan con otro suculento manjar.
- Pues seguro que esos Brokers tuyos no pueden ofrecerte un harén con todas las mujeres vírgenes que puedas desear. Dime si se puede resistir a eso un joven como tú… Si dices las palabras mágicas será tuyo.
- Ah sí, también tenemos a la gente que se dedica al coach para eso.
- Y dime, ¿qué te ofrecen ellos exactamente?
- Así, en resumen, que con cuatro frases escritas en el baño de su casa estilo: Sé positivo, En la vida las dificultades las pones tú, etc, y pagándoles el equivalente a un riñón se supone que cambiarás tu vida y conseguirás todo el dinero, mujeres y éxito que te propongas.
- Pero lo mío es de verdad… y gratis
- Ellos también dicen lo mismo… Cuando algo es gratis es que el producto eres tú. Los que venden cocaína dicen lo mismo. La primera es gratis y luego no sabes cómo salir de ese agujero.
El genio estaba sorprendido. Nunca se esperó que un chaval de su edad le respondiera de esa manera. Se encontraba ante un hueso duro de roer, pero aún le quedaba un as en la manga…
-Has visto mi magia y has visto mi poder…
-Solo he visto solo destruyes pinos…
Carraspeó el tendero árabe.
-Te puedo conceder una cosa que ni brokers ni coachers ni ningún humano en este planeta te podrá ofrecer: la inmortalidad. Está al alcance de tu mano, y solo disiento tres palabras. Repite conmigo: Deseo la...
- ¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA...!
Juan se desplomó al suelo del ataque de risa que le entró. Cuando rememora esta historia, asegura que estuvo perfectamente como quince minutos botado en el suelo.
- ¡Genio! - se levantó de sopetón. Su rostro estaba muy serio Juan y le apuntó con su dedo acusador- a mí no me engañas, no puedes garantizar la inmortalidad para ti, que eres un ser divino de tercera, se la vas a garantizar a otro. Aprende esto: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo.
El genio simplemente enmudeció. De todas las personas a la que había servido, esta era con diferencia la única que no afectaban sus propuestas. Todos los anteriores había sucumbido antes de la primera. Eran lo que siempre le pedía todo el mundo: dinero, sexo e inmortalidad.
-Lo siento genio, pero esta época ya no es para ti. Ya hay
demasiados embaucadores, estafadores y vendedores de humo por ahí. Todos los
días nos bombardean en medios de comunicación e Instagram, saturándonos son sus promesas vacías, sus discurso
baratos y que por desgracia triunfan. Y sabes por qué triunfan, porque en este
modelo de sociedad nos inoculan desde pequeños que no valemos nada porque no
cumplimos los arquetipos ideales de esta sociedad: ser ricos, guapos, siempre
jóvenes y ligones de Champions League.
Nos sumen en pozos de desesperación y baja autoestima para sostener mercados de
cremas rejuvenecedoras, libros de autoayuda, revistas de moda y suscripciones a
gimnasios. Y sabes lo peor de todo, que todo eso son píldoras azules. Ya no solo encima nos programan para sentirnos
como mierdas, si no que añaden que por un camino fácil, gracias a sus milagros saldremos de un pozo que no existe
rápidamente y con toda comodidad. Que en tres meses viviremos en nuestras
mansiones lujosas y comeremos caviar junto con Jeff Bezzos. O sea, van a lo más primitivo del ser humano, a la ley del mínimo esfuerzo, cuando, y esto
es más triste todavía, sabemos que todo en esta vida solo se puede conseguir de
una manera: trabajando. Esforzándote y luchando cada día. – Juan hizo una pausa
-No hay más, solo eso.
Después de esto, al genio quería intentar un último truco para salir victorioso ante el chico.
-Enhorabuena Juan, me has ganado. Solo te pido un favor, llevo demasiados milenios encerrado aquí dentro. No solo en la lámpara, si no en esta espiral de engaños y mentiras hacia los demás. Esto cansa y yo estoy cansado. Viendo lo maduro y buena persona que eres, a diferencia de los otros amos egoístas, narcisistas e inhumanos que he tenido, que con mis deseos hicieron muchísimo daño, me gustaría que me liberaras de esta prisión. Así que te imploro de todo corazón que te compadezcas de este pobre anciano y me dejes liberarme de todas estas cadenas…
- ¡JA JA JA! – de nuevo Juan lo apuntó con su dedo índice - ¿en serio genio crees que voy a liberar a alguien como tú? Un ser al cual si le pides algo aprovechará la letra pequeña de lo que dices calmar su sed de ira y resentimiento. Ah, decirte que también tenemos gente parecida en ese aspecto que llamamos abogados. Si estás encerrado en la lámpara será por algo. Y yo no voy a ser quien te libere, no pesará sobre mi conciencia crear a un nuevo influencer.
Ahora la furia del genio le permitió adquirir el estado de Super Saiyan 2. Se disponía a disparar a
Juan con su rayo, hasta que de pronto…
Juan sintió una fortísima cachetada. Lo había encontrado en el suelo el vigilante del monte.
-Chával, ¿estás bien?
-Sí- dijo con una sonrisa complaciente- acabo de derrotar a un genio.
**Nota Salpicón de Poesía**
Comienza 2020. Perdonad mi educación y desear de todo corazón un feliz y próspero año.
No hay mejor manera para abrir el año que con un cuento. Aunque prefiero decirle fábula. Juan y el Genio es una historia con la que pretendo que el lector se ría de un poco de la situación actual y, a parte, se pare a reflexionar un poco del día a día que se nos trasmite a través de nuestros smartphones.
Espero que les guste y que me ayuden a que esta historia llegue más lejos.
Añadir que nuevas e interesantes sorpresas se verán este año en la web. Manténganse atentos a sus televisores.
Un cordial saludo y un fortísimo abrazo amiga/o lector.
Alberto C. B.
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