"Y a pesar de todo este tiempo, todavía te extraño..." (Poema)

 

Y a pesar de todo este tiempo

todavía te extraño...


Te veo ahora y parece que nada ha cambiado

pero ambos sabemos que más de un millar de cosas

han pasado...


Vengo hoy para deleitarme un rato,

mirar al estanco donde se aloja un agua que ya ha pasado

Por mucho que luche, 

jamás dejaré de ser un melancólico soñador

que se recrea con lo aún no olvidado...


Te soy honesto al decir 

qué no sé ni qué decir... la verdad


Tu primeros encantos en ese primeros meses

creo que en mí para siempre se han quedado

Marcados con ellos seguiré hasta que

(verso, en blanco)


Me abofeteaste mil veces 

y

a pesar de ello

aquí me tienes 

enfrente 

parado

Como buen perro apalizado

que regresa con el primer amo que le tendió una mano


Tal vez venga para encontrar en tí,

respuesta a un futuro que todavía no ha llegado


O

tal vez 

para aprender que todo tiempo pasado

es

pasado...


Creo que he tardado demasiado...

Ya es hora.



Adiós...





**Notas del autor sobre el poema:

Muy buenas a todos salpiconers. Después de ya cuatro meses estoy de nuevo por aquí. Creo que los primeros versos de este poema son los más apropiados para desempolvar y acicalar un poco el blog...

No quería regresar con solo un par de versos y una foto que solo los más allegados a mí y que me conocen personalmente podrían darse cuenta de lo que hablo, y dejarlo simplemente ahí, en una misteriosa publicación silenciosa que solo entenderían 4 personas y que se perdiera el trasfondo de esta pieza de arte. 

Sé que las canciones no suelen explicarse, que las pinturas se dejan en la mayoría de veces a la interpretación subjetiva, que la esencia no es ver la punta del iceberg si no ser consciente de la mole de hielo que lo sustenta por encima de la superficie... Pero creo que en esta ocasión toca prestar un catalejo con el que visualizar en mejor detalle el agua...

El edificio de la foto es la Facultad de Física y Matemáticas de la Universidad de La Laguna. Hace relativamente poco estaba paseando por la ciudad y me crucé ante él. Me quedé un rato observándolo, reflexionando acerca de los sentimientos que me generaba este reencuentro. Creo que el tiempo me ayudó a dejar el reposar el potaje de sentimientos y emociones que se generó cuando rompí bruscamente con el edificio y la primera carrera que lo bautiza. Ese sentimiento primero de ira y de rechazo sobre el icono de un fracaso suelen nublar mucho el juicio de uno. Pero al ver de nuevo aquella estampa, era difícil engañarse a uno mismo después de unos años de madurez ganados, y no era solo odio lo que sentí (y que todavía siento) al partir de aquel lugar. 

Que pueda que tenga la espina clavada. No es que pueda, es que es así... Pero como decía uno de mis abuelos "el tiempo coloca a cada uno en su lugar", y este será el único encargado de colocarme de nuevo ahí o no... Los caminos del señor son inescrutables incluso para él...

Ya termina la tabarra de este melancólico soñador que se recrea con lo aún no olvidado. Sinceramente muchas gracias de todo corazón por haber invertido algo mil veces más valioso que el oro en leer el poema y muchísimas más gracias por haber llegado hasta aquí. 

Espero que nuestro próximo reencuentro no sea en 4 meses. He estado escribiendo cositas en estos convulsos meses de pandemia (que espero y deseo que te hayan ido lo mejor posible) que iré publicando en tu sitio favorito de literatura: Salpicón de Poesía. 

Sin más que añadir, se despide un servidor. Un fuerte abrazo y, sobretodo, mucha fuerza (para aguantar la pandemia, no para zurrar a nadie). 

Alberto C. B. 

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